viernes, 9 de enero de 2009

Goodbye Paris


Después de mi viaje al tiempo, regrese a Paris con el frio Polar y la nieve, resultado: mi madre fascinada, y yo muriéndome de frío.

Pero debo confesar, para mi esto tambien es algo nuevo. En ninguno de los dos inviernos sufridos, Paris se ha vestido de blanco. Este es la primera vez. Al menos estando presente en Paris y no en la monte. Es totalmente otra cosa.

Paris tiene esta cosa que te sorprende cada día. Especialmente cuando te cansaste de la ciudad y te sentís frustrada del desconocido y melancólica por el gris, Paris parece un mago que siempre tiene un As en la manga que te termina de sorprender, y finalmente, terminas borrando todos los malos recuerdos de este lugar, y lo que queda, un Paris, mas que Paris. (Paris para mi termina siendo un adjetivo calificativo. Inigualable a cualquier otros de su especie).

Pero es como el amor, siempre cuando estas por comenzar a engancharte, algo surge que me impide terminar de tejer la tela. Siempre siempre esa maldita distancia. Siempre siempre en busca de un sueno que me hace enfrentar dos caminos, dos opciones. Acá me encuentro, en el Gare de Lyon, a punto de montarme al tren yendo al sur de Francia, al Mediterráneo. Sola como un hongo, para variar, con una súper valija de 30 kilos, para variar, y mi lap top que es lo único que nunca me abandono. ( o que nunca lo abandone).

Es difícil decir adiós especialmente para mí, y ya me veo volviendo cada dos por tres a esta ciudad que en algún sentido, me dejo enamorada. Que exagerada no? Hace 20 post estaba re puteando este lugar, y ahora ya me agarra este extranitis agudo. Encima que solo me voy por 3 meses, que haré cuando en julio tendré que dejarla por definitivo? Y ese gris que me molestaba tanto?

Pues estoy más melancólica que antes o que el falta de sol me hizo olvidar lo calido que es su caricia?

Sea como sea, acá en mi lugar preferido, cafetería, con un capuchino y mi fiel compañero, me despido temporalmente. Goodbye, my dearest Paris.


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